Habitación 25

Te lo doy -  ARGENTINA 2020 ©carlos velis/Paneo fotografía Digital


En esta habitación donde las paredes y el techo perdieron sus estrellas, donde la LUNA salió de paseo llenando todo de esa vacuidad que te seca el ALMA. En este lugar donde el TIEMPO es inexistente, mis pensamientos salen disparados, colisionando como bolas de pinball traqueando barreras, por donde entre las grietas  dejan colar los colores que OLVIDÉ... ¡¡¡Cómo si olvidar se pudiera!!!

 

Es imposible olvidar. Lo que ocurre es que lo rígido de la selva de cemento nos hace encapsular el detalle más preciado y hasta brillante de lo que somos realmente. Somos esos niños que dejamos de sonreír solo para buscar capitalizar bienes y, contrario a lo que debería ser nuestra esencia humana, hasta los mismos ¡¡¡SENTIMIENTOS!!!

 

Todo esto resuena en mi cabeza, haciendo que cada célula de mi SER entre en ebullición, aflorando los recuerdos de aquella  ROSA BLANCA, la cual se volvió una despedida. Esa flor que cuando la vi en un mercado parecía ser la única en su tipo... Ella reposando en la almohada, junto a la esperanza de unos sueños de AMOR, fueron desplazados por el desamor, invitada a reposar a los pies de un colchón que selló la despedida en un encuentro de pasión.

 

Hoy, mientras divago en mi constante respirar, transcribo mis sueños llenos de anhelos e ilusiones por compartir un atardecer que se convierta en eterno amanecer, estrechando tus manos mientras compartimos los rones que nos calienten como el CAFÉ matutino, para así perdernos en el paisaje que crean nuestras miradas al encontrarse, haciendo que lo imperfecto se vuelva lo que es perfectamente correcto, llenando nuestra existencia de detalles que vuelven la vida SIMPLE y llena de MAGIA.

 

Me doy cuenta que el verdadero problema es olvidar y que el riesgo de llorar un poco es debido a que te han domesticado, pero de esta manera reafirmo: “Que la única manera de ver la VERDAD es buscando dentro de nosotros, ya que eso que está afuera es la distracción que evita mirar desde el CORAZON”.

 

Somos únicos e irrepetibles en nuestro tipo; somos esa obra de ARTE inédita que la DIVINIDAD modeló a mano.

 

Carlos Velis.

 

P.D.: Solo falta internalizar que debemos acariciar a nuestro NIÑO INTERNO, así llenaremos la VIDA y el MUNDO de colores cada vez que lo dejemos salir.

Comentarios

  1. Es así tío, mirar dentro de nosotros y no perder nunca nuestra esencia, todos tenemos momentos altos y bajos, pero si miramos dentro más han sido los altos, los bonitos, los buenos momentos que Dios y la vida nos regala.

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