El dragón rojo despertó?

Amigos seguimos en cuarentena mundial cada día más estricta, ruedan unos textos donde se afirma que todo es una guerra bacteriológica iniciada por China para apoderarse de la economía mundial, adquiriendo el 40% de la acciones de las empresas de EEUU y Europeas que tienen base en sus fronteras. No es algo tan disparatado pensar en eso, si analizamos cómo van los acontecimientos la primera economía que se vino al suelo fue la de ellos y como efecto domino van la de los demás países, pero algo es muy cierto, el país Asiático  ya está saliendo de la pandemia, por mi lado digo que no todo lo que hay por allí en las RRSS lo podemos creer ciegamente.

Creo y afirmo que debemos apostar al cambio, a ese despertar, eso que llaman desconectarnos de la Matrix, como cuando Morfeo le dice a Neo toma la píldora azul o la roja, tomemos la píldora roja y despertemos el ser humano, el cual ya necesita ese cambio para bien, aunque lo que si se ve por este momento y en vivo es que esta crisis está sacando todo lo que hay guardado, lo dormido, tanto bueno como malo.

Llegó el momento de ser mejor persona y poner los pies en la tierra descalzos para conectarnos con nuestro amado Planeta, en ese que vivimos y ni cuenta nos damos de lo golpeado que lo tenemos.

Solución inmediata para la pandemia no la hay, pero siempre hay un camino, el amor por nuestros iguales, esto dirá que tanto se aman, ya que cuando un abrazo un beso o el simple hecho de estar en un lugar público sea una disco, un bar o el metro se volvió un arma letal, cuando les hablo de amor es con el simple gesto de quedarnos en casa, al cumplir las normas de higiene le  daremos un freno, para que los científicos tengan más tiempo de llegar a su meta la cual es esa vacuna.

Recuerda no hay vacuna, no hay tratamientos, las personas mueren y esto no discrimina raza, credos ni estatus social, mucho menos económico, hasta la realeza esta confinada temblando, no esperes que esto toque a las personas más cercanas tenemos un objetivo y es llegar a la meta. 

Carlos Velis